Society 5.0
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SOCIEDAD 5.0: convergencia de espacios digitales y físicos

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La sociedad 5.0 no tiene nada que ver con la sociedad de la información o la sociedad digital; tiene que ver con la convergencia entre el espacio digital y el físico.

En este nuevo sistema convergente que fusiona el mundo físico y el digital, la diferencia más significativa entre la sociedad superinteligente y la anterior sociedad de la información (4.0) es que la primera no depende de los seres humanos para analizar los datos, sino que hace realidad todo el potencial de la IA. En otras palabras, será la primera vez en la historia de la humanidad que la IA permita, mantenga y dé forma al ecosistema de espacios físicos y virtuales sin necesidad de intervención humana.

La nueva sociedad 5.0 es una sociedad conectada y superinteligente en la que los macrodatos, el internet de las cosas, la inteligencia artificial (IA) y los robots estarán totalmente integrados para proporcionar una infraestructura digital y física a la vida cotidiana de todos los ciudadanos.

La sociedad 5.0 no supone solamente la creación de una futura sociedad inteligente, sino también un crecimiento y fortalecimiento industrial y económico. Esto implica una creación y una producción que subrayen los valores potenciados por la IA, el internet de las cosas y la robótica centrada en el ser humano, y donde el consumidor esté en el centro de la prestación de servicios, desde la atención médica hasta la logística a través de la movilidad.

Así, los sistemas básicos de la sociedad 5.0 son la logística, el transporte, la asistencia sanitaria, los sistemas inteligentes de la cadena alimentaria, la agricultura inteligente y los sistemas de producción inteligentes.

A modo de ejemplo, la sociedad 5.0 imagina drones responsables de la distribución de bienes a los hogares, personas que recurren a la IA para solicitar alimentos y diversos servicios, tecnologías de telepresencia y asistentes personales robóticos basados en la IA para que cuiden adecuadamente de niños y ancianos, atención médica en el hogar, automóviles autónomos susceptibles de recibir la llamada de una vivienda inteligente para que lleven pasajeros al hospital o de compras, etc.

La novedad es que la nueva sociedad estará hiperconectada y será eficiente a la hora de integrar las tecnologías más avanzadas de nuestro tiempo, de manera que hagan frente a estos intereses fundamentales.

Esto requiere la creación de una red de cosas y datos en la que cada nodo físico-digital (ya sea un robot personal en el hogar o un asistente de IA en el teléfono inteligente) garantice a todos una cierta calidad de vida.

Como se indicó al principio, estos intereses también son intereses económicos, por lo que el gran paradigma para el consumo de transporte, atención médica y logística es, sobre todo, la capacidad económica del individuo.

Problemas que afrontar: las sociedades desarrolladas envejecen

De hecho, el que las sociedades desarrolladas envejezcan se traduce en la reducción de la mano de obra y el aumento de los costes médicos y de la Seguridad Social.

A modo de ejemplo, Japón tiene la mayor proporción de personas mayores del mundo: en 2017, el 26,3 % de su población tenía 65 años o más. En 2014, el porcentaje era del 25,8 %.

Según World Atlas, a Japón le siguen en el mapa mundial el envejecimiento de la población Italia (22,4 %), Grecia (21,4 %), Alemania (21,2 %) y Portugal (20,8 %). España ocupa el decimosexto lugar en envejecimiento demográfico con un 18,8 %.

Para hacer frente al problema del envejecimiento de la población, por el que no habrá un número suficiente de cuidadores o proveedores de servicios médicos, la información y los datos médicos se compartirán entre diferentes hospitales y proveedores de servicios de salud, mientras que la teleasistencia, la IA y los robots garantizarán que las personas puedan vivir de forma independiente en sus hogares y, al mismo tiempo, permanecer conectadas al mundo.

Los robots personales y la domótica se encargarán de la vivienda, supervisarán el estado de salud de sus habitantes, proporcionarán compañía y serán útiles para pedir alimentos, comprar artículos, administrar los servicios de agua, electricidad o gas, la atención médica, etc.

Problemas que afrontar: deterioro de las infraestructuras

Otro problema que a menudo se pasa por alto es el deterioro de las infraestructuras: no solo la población, sino también los edificios y otras infraestructuras envejecen y requieren una mayor inspección y un mayor mantenimiento. En este caso, el problema no es solo el aumento de los costes, sino también la falta de mano de obra cualificada.

Por esa razón, se utilizará una flota basada en la IA, robots y sensores para inspeccionar y mantener edificios, carreteras, puentes, túneles y embalses de forma permanente, las veinticuatro horas del día.

Ya están en uso robots que inspeccionan alcantarillas y tuberías; y habrá cientos de miles de robots en miniatura que supervisarán constantemente puentes, carreteras y edificios, e informarán de inmediato al sistema central de posibles problemas.

Ciudades inteligentes

La sociedad 5.0 representa el siguiente paso del actual modelo económico, social, industrial y tecnológico de las ciudades del mundo, no solo en términos de evolución tecnológica humana, sino también del paradigma intelectual que ha definido el desarrollo urbano en los últimos setenta años.

Las ciudades inteligentes se hacen orgánicas y vivas a medida que recopilan información a través de cámaras y sensores distribuidos por toda la ciudad y la envían para su procesamiento a sistemas informáticos centrales, que luego supervisan el tráfico, la seguridad, las infraestructuras, etc.

La ciudad inteligente integra los dispositivos físicos, como sensores, con la tecnología de la información y la comunicación, creando así una red o lo que generalmente se conoce como el internet de las cosas.

La idea que sustenta la ciudad inteligente es hacer que el espacio urbano sea más eficiente, seguro y accesible.

El futuro es humano

La comprensión de que el futuro de la sociedad 5.0 debe centrarse en el ser humano constituye la fuerza motriz para la creación de una superred de tecnologías digitales y físicas capaces de mejorar la vida humana.

La sociedad 5.0 reconoce que el ser humano actual y futuro es una unidad económica de consumo, para la que las autoridades económicas a nivel internacional deben priorizar, sobre todo, el crecimiento económico global, con el objetivo de permitir la creación y el despliegue de soluciones tecnológicas a los problemas sociales, demográficos y económicos de nuestra sociedad actual.

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